Leer sobre crímenes es siempre una aventura entre el miedo, duda, y entretenimiento patrocinada por ese cóctel de endorfinas y adrenalina que este tipo de historias induce en nuestros cerebros. Pero al leer sobre crímenes reales, terminas el libro y te cae una nube de sentimientos al recordar que esta historia que te entretuvo por tantas horas en realidad sucedió. El misterio, ansiedad, y dolor de todos esos personajes es real, y casos similares continúan pasando y encubriéndose. Contar y conocer estas historias es necesario. Por motivos personales, sobre los cuales quizá en un futuro escriba, estoy sumamente agradecida con Becky Cooper por este libro.
Un asesinato en Harvard
En “We Keep the Dead Close”, Becky Cooper nos lleva en un viaje de 50 años, 10 de los cuales son su propia vida investigando el asesinato de la arqueóloga Jane Britton en 1969 en su dormitorio en Harvard. Es un excelente reportaje y entretenida narrativa, pero más que la historia de un crimen y la búsqueda del asesino, Cooper pinta la misógina y corrupta realidad de la Academia.
En los 60s aún era muy reciente que las mujeres de Radcliffe pudieran atender clases junto a los hombres de Harvard. Este esfuerzo que en apariencia eliminaba ciertas barreras no sucede sin elevar tensiones. ¿Mujeres en el mismo salón? ¿Mujeres buscando posiciones permanentes? Impensable. Cooper comparte varias historias y aspectos de la vida de las mujeres en Harvard a finales de los 60s, época en la que Jane Britton estudiaba arqueología y participaba en excavaciones en Irán, esperando pronto poder escribir su disertación doctoral. La noche antes de una de sus pruebas más importantes fue asesinada en su dormitorio.
Además del asesinato de Jane, que es el hilo principal del libro, salen a relucir más lamentables casos de mujeres que en viajes de campo ó en el mismo Campus fueron asesinadas o que desaparecieron misteriosamente. Es una desgracia que muchas mujeres en la ciencia terminemos alejándonos del trabajo de campo por la inseguridad, el miedo y experiencias que no deberían ser tan comunes como lo son. El que estas poderosas instituciones – e individuos – fácilmente puedan mantener tanto en secreto e influir en investigaciones es enervante e irónico a tantos niveles.
50 años sin saber qué sucedió. ¿Por qué? ¿Quién impidió las investigaciones? Cooper hace un excelente trabajo en este libro al resumir y desenmarañar a tantos personajes e historias hasta que por fin, en 2018, tuvo en sus manos los archivos que por años le fueron negados, incluyendo documentos que pensaba estaban perdidos para siempre.
Independientemente de tus sentimientos ante la resolución del caso, el tema del sexismo y dinámicas de poder en instituciones académicas es tan real hoy como lo era en los 60s. Cooper trae la historia de Jane Britton no sólo como un caso que merece justicia sino también como un poderoso recordatorio de la misoginia y opresión que aún se vive hoy en la academia.
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