Hace unos ocho años leía el periódico mientras desayunaba, y en un pequeño cuadro en la esquina inferior derecha un “dato curioso” decía: “el brócoli cura el cáncer”. Recuerdo bien lo que decía: “el brócoli tiene unos tilacoides que tienen propiedades curativas”. Sí, leíste bien, tiene “unos tilacoides”. ¡Vaya comunicación “científica”!
¿Por qué mi sorpresa? – Tan intolerante que era.
Primero, regresemos un poco en el tiempo.
En el 2010 empezaba mi grado en biología (alrededor de cuando me encontré este genial dato sobre el brócoli). En el 2009 me había graduado del colegio. No recuerdo tantos detalles de mis clases de ciencias naturales y biología, pero definitivamente recuerdo haber aprendido en el colegio, por lo menos, que TODAS las células vegetales tienen tilacoides. Naturalmente, como estudiante de biología, con el tiempo fui aprendiendo más sobre estos organelos. Sin embargo, a mis 18 años de edad, pensé que todos sabían que todas las plantas tienen tilacoides en sus células. Pensé que era información científica básica, como saber que la tierra es redonda.
Al inicio me reí. Luego me enojé. Sí, me enojé, particularmente con el “periodista” o quien sea que se atrevió a escribir y publicar un dato sin revisar bien de qué hablaba. Con el tiempo seguí encontrando “noticias” de este tipo en todos los medios (hoy día más que nunca). Me frustraban tanto los comentarios e ingenuidad de la gente. Por un tiempo intenté dejar de leer esas noticias y comentarios, pero algo me seguía viniendo a la mente: “¿cómo puede la gente creer todo lo que leen sin cuestionarlo? ¿cómo no investigan más allá? ¿acaso no leen?”
Pero la gente sí estaba leyendo. Leyendo lo que está disponible. Me tomó años llegar a darme cuenta que el problema (o uno de ellos) está en nosotros, los científicos, y en lo MAL que comunicamos la ciencia al mundo.
Poniendo los pies en la tierra.
Nos ha tomado años de estudio llegar a entender temas muy específicos en los que estamos interesados, ¿cómo podemos esperar que un periodista pueda absorber todos los detalles de una investigación en 10 minutos y transmitir esa información adecuadamente?
Incluso nosotros, científicos, no siempre tenemos acceso a todas las publicaciones científicas. ¿Cómo esperamos que otras personas puedan acceder a la información si no transmitimos nuestros resultados a través de otros medios creativos? También es nuestro trabajo comunicar lo que hacemos.
La ciencia no está terminada hasta que es comunicada
Mark Walport
Incluso si la gente tuviera acceso a publicaciones científicas, el lenguaje a veces es muy técnico. ¡Esto ocurre incluso entre científicos! Yo, por ejemplo, no podría comprender al 100% una publicación de astrofísica por mi cuenta a la primera leída. De vez en cuando todos necesitamos una versión simplificada de los tópicos fuera de nuestra área de expertisse.
Eventualmente, yo misma me cansé de enojarme por estas “noticias”
Siempre quise hacer algo al respecto, pero nunca tuve los huevos (como decimos en buen chapín). Durante estos ocho años de frustración, queriendo hacer algo al respecto, me encontraba frecuentemente con el discurso de “no soy suficientemente buena para esto”. Me ha tomado años en por fin hacer pública mi propia página, y tengo a tantos “SciCommers” y bloggers que me han inspirado a quienes agradecer.
He pasado años queriendo abrir una plataforma para compartir mi fotografía. Desde esa primera idea hasta hoy, el propósito ha ido evolucionando. Además de la fotografía y “hacer” ciencia, hay otra cosa que me encanta y es ¡hablar de ciencia! Con esto empiezo ahora este blog de comunicación científica (SciComm), utilizando mi fotografía para comunicación, educación y conservación.
¡Espero que disfruten esta página tanto como yo sé que disfrutaré haciéndola!
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