No se trata de “atontar” la Ciencia – convirtámosla en toda una experiencia

Las personas son mucho más que un grado académico, y un grado académico no se relaciona con cuán “tonto” o “inteligente” es alguien. Tampoco significa que alguien merezca más, o menos, respeto o consideración. Todavía me sorprende cuán frecuentemente escucho a algunos colegas frustrados después de tratar de comunicar sus resultados a políticos o al público no-científico y luego decir: “Te juro que simplifiqué y “atonté” todo y aún así no entienden”. Y ese “atontar las cosas” sale con un cierto sentido de orgullo. Pero eso no está ayudando a nadie.

La gente no es tonta

Probablemente has estado estudiando tu tema específico durante algunos años. Piensa en cuando empezaste tus estudios de pregrado (e.g. licenciatura). En algún momento, alguien te explicó algunas cosas que nunca antes habías escuchado. Te dejó alucinado. Cambió tu mundo. Probablemente algo que alguien te enseñó alguna vez te hizo elegir el camino en el que estás hoy. Pero en algún momento en el pasado no sabías estas cosas. Has pasado por un largo proceso de aprendizaje para que sepas lo que sabes hoy, y no todos han tomado el mismo camino que tú. No todos están familiarizados con aquellas cosas con las que los científicos están familiarizados. Familiarizarse. Esa es la diferencia, no “la inteligencia”. En lugar de “atontar las cosas”, expliquemos los conceptos que el receptor necesita conocer para entender nuestro mensaje. Expliquemos los conceptos que el público no ha pasado 10+ años estudiando y necesitan saber para entender nuestro objetivo o llamado a la acción – no es necesario explicar un campo entero. No “atontemos”, ¡expliquemos!

Las emociones también importan

Puede que hayas escuchado alguna versión de esta cita ya: “Puede que olviden lo que dijiste, pero nunca olvidarán cómo les hiciste sentir.” El segundo y último consejo que he recibido y quiero compartirles hoy es este: no te dirijas a tu audiencia de manera que te sientas o suenes más inteligente (¡el ego!), sino que tu objetivo sea hacer que todos los que te escuchen se sientan más inteligentes. Si sos un poco como yo, quizá ya perdiste la esperanza con la mayoría de adultos, pero en el fondo, todos somos primates curiosos a los que les encanta aprender cosas nuevas. Además, ¿a quién no le gusta sentirse inteligente? Pruébalo y cuéntame en los comentarios cómo te va, qué has experimentado con esto, o ¿qué consejo agregarías aquí?