2018 fue un año muy raro para mí. Mi salud mental se convirtió en un obstáculo muy evidente y, aunque nunca estuve realmente sola, a menudo me sentí sola y como si cualquier cosa que pudiera hacer en la vida no tuviera sentido. No voy a entrar en detalles ahora, pero de alguna manera, a finales de 2018 ya no sabía ni siquiera cómo ser yo misma. Ya no encontraba la motivación que normalmente tenía para todo aquello por lo que había estado trabajando toda mi vida. Empezar el 2019 con este libro fue algo que no sabía que necesitaba. Este libro me trajo importantes recordatorios, así como historias e ideas que no sabía que ya sucedían en este mundo que me devolvieron la esperanza. Este libro estaba en mi pila de “libros que compré y que aún no leo”. Qué buena idea fue tomarlo en enero de 2019.
¿Un mundo injusto?
La desigualdad económica -la desigualdad de oportunidades- se refleja en todos los aspectos de la sociedad: desde la salud y la educación hasta en el bullying, el clima y la calidad de nuestras relaciones. Pero, ¿cómo la medimos? Siempre he pensado que hay algo muy pobre e ineficiente en tomar el PIB como el principal o único indicador de “progreso” en este mundo de recursos finitos – y Bregman te da aún más en qué pensar en cuanto al PIB. Alerta de spoiler(s): ¿sabías que Dinamarca intentó cuantificar el valor de la lactancia materna en su PIB? ¿Qué hay de los productos intangibles de la ciencia? ¿Por qué el “tiempo de ocio” se ha convertido en un consumo, consumo y más consumo en muchos países? Por supuesto, esto parece demasiado generalizado aquí y este mundo es extremadamente diverso en su historia y culturas. ¿Podría aplicarse una solución en todas partes? Bregman propone tres ideas utópicas principales que ejemplifica a lo largo del libro (de hecho, algunas ya han ocurrido). Tanto si estás de acuerdo con ellas como si no, este libro despertará importantes discusiones en un momento en el que necesitamos empezar a manejar el volante de forma más abrupta.
El libro es muy fácil de leer, con muchos estudios de casos perspicaces y ejemplos estadísticos de cómo estamos viviendo en realidad en la Utopía que humanos soñaban hace siglos. Lo que es la Utopía para nosotros, simplemente tiene que suceder. Por supuesto, las cosas no son tan fáciles, no hay una Utopía “universal”, y puede que haya muchas cosas en este libro con las que no estés de acuerdo. ¿Es demasiado liberal? ¿Demasiado comunista? ¿A veces quizás demasiado capitalista? Bueno, no tenemos que estar de acuerdo con todo lo que leemos, pero Bregman definitivamente nos hace reflexionar.
Es cierto que el autor es holandés y que algunas de las ideas utópicas que discute están más cerca de la realidad de los Países Bajos que en gran parte del mundo. Habiendo vivido yo misma 3 años en Austria, algunas cosas también me parecen un poco más posibles aquí y ahora. Tomemos de ejemplo el valor del tiempo libre y el concepto de la calidad de vida que es tan importante y considerado aquí. Esas son dos cosas que en mi país son prácticamente inexistentes o aún consideradas por varias personas como algo sin mayor importancia. Pero hay mucha más complejidad en esto y este libro definitivamente tiene un tono muy eurocéntrico qué soportar.
Resultados optimistas
Sin embargo, este “libro para realistas” me dejó sintiéndome muy optimista sobre este mundo y mi(s) papel(es) potencial(es) en él. En la actual era de la ansiedad climática que nos aflige a muchos de nosotros diariamente, creo que este libro es necesario.
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